viernes, 25 de septiembre de 2009

Aquella tarde de domingo, El Toluca se coronó ante el Cruz Azul

Hernán Cristante toma las cosas con calma. Foto: Club Deportivo Toluca


25 de septiembre de 2009
Édgar Luna

Era una tarde de domingo.

Una tarde en la que todos pensaban que los Diablos caminarían para coronarse contra el Cruz Azul.

La ida terminó 0-2.

Ya estaba definido.

Eso se creía.

Pero el 14 de diciembre del 2008, en la final del Apertura 2008, se vivió una de las finales más dramáticas.

Cerca del final, el Cruz Azul anotó un gol, obra de Pablo Zeballos, y ya con 10 hombres después de una agresión artera contra César Villaluz, Julio Domínguez empató.

Con el global de 2-2 las acciones se alargaron.

Tiempos extras.

Hasta que llegaron a los penaltis.

Y ahí se decidió todo:

Anotó Jaime Lozano.

Empató Israel López.

Después Miguel Sabah.

Luego Antonio Naelson "Sinha".

Siguió Gerardo Torrado.

Otra vez anotó Diego de la Torre.

Joaquín Beltrán anotó con carácter.

Carlos Esquivel igualó.

Pablo Zeballos anotó.

Héctor Mancilla cerró la cuenta de cinco penaltis por equipo.

Y vino la muerte súbita.

Edgar Lugo abrió la tanda y atinó.

Empató Édgar Dueñas.

La catástrofe azul vino cuando Alejandro Vela falló. Hernán Cristante paró.

Y Miguel Almazán le dio el octavo título al Toluca.

Este sábado se vivirá otra revancha.

José Manuel de la Torre levantó la Copa.

Hoy va contra otro Cruz Azul, el de Enrique Meza, quien conoce al Toluca a fondo.

Sólo fue bueno recordar.

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