Diana Pérez | MEDIOTIEMPO (Enviado)
Estadio Hidalgo, ante una entrada regular, miércoles 12 de Mayo del 2010
- Los mexiquenses se pusieron dos veces arriba en el marcador, pero no pudieron mantener la diferencia
(Video: Eduardo Leal)
El tiempo estaba agotándosele y los Tuzos morían con lentitud, de pronto, como tocados por la divinidad volvieron a alzarse en un terreno que les pertenece. Montes logró mandar un centro que Juan Carlos Cacho volvió a acomodar ante la llegada de Cvitanich, el delantero cabeceó para marcar el 2-2 y decretar que Pachuca está listo para luchar.
Toluca y Pachuca con la experiencia que los años recientes les has dado, trataron de anularse, de mantener la calma y encontrar los momentos perfectos para atacar. Se midieron para después comenzar la verdadera fiesta del futbol, justo cuando Novaretti marcó el primer gol y abrió la pizarra.
El duelo se prendió cuando la redonda cruzó la línea de meta, ambos dejaron de especular, de tenerse respeto, comenzaron a llegar al área rival y así dejaron el marcador empatado 2-2 para terminar la obra en el Estadio Nemesio Díez.
El Diablo se fue del Hidalgo con un empate que le sabe bien por las ventajas que da estar arriba en la Tabla General (si empatan en el global pasaría a la Final). Pero Pachuca se fue vivo, entendiendo que el Diablo no tendrá piedad, pero seguro de que puede salir vivo, sin pagar una condena que hoy no está dispuesto a cumplir.
EL PARTIDO
La grandeza de sus nombres no se refiere a una historia, se refiere a un presente. Pachuca y Toluca han logrado lucir en el balompié mexicano por sus logros en las últimas décadas, ahí aprendieron a ser grandes, a marcar la pauta.
Por ello cuando se vieron las caras en la cancha el respeto fue mutuo, casi infinito. Ambos tenían los hombres necesarios para hacer daño y también para meterse bien atrás y defender su marco; ganar no sería tarea fácil. El error marcaría la diferencia.
El balón no sería ni fue de nadie, ambos propusieron, atacaron, control.ron en medio campo tratando de penetrar las férreas defensas, pero no hubo nada, ninguno de los dos logró llegar con soltura para poner en aprietos a Cota o Talavera.
El balón dividido, los robos en tres cuartos de cancha, los reclamos por no encontrar el camino rumbo a la victoria fueron constantes, no había forma de hacerse daño, el juego era sobrio, nada espectacular porque ambos le impedían al otro hacer daño.
El juego se enfermó por la falta de futbol, pues aunque ambas escuadras están acostumbradas a proponer y control.r a su rival, ninguna de los dos pudo mostrar su potencial hasta que el gol llegó.
Sinha metió el balón al área, como tantas veces lo ha hecho portando la playera de los mexiquenses, Novaretti midió la pelota y con sólo peinarla le hizo el daño necesario a los hidalguenses; Cota no pudo detener la redonda, el balón terminó ondeando la red.
El balón cruzó la línea que Rodolfo Cota custodiaba y la batalla comenzó. Pachuca tuvo que modificar para ser más ofensivo, se refugió en la velocidad y encontró así el camino del gol.
Damián Álvarez, por izquierda, mandó un centro letal, Manso cabeceó y Dueñas impidió que entrara para convertirse en gol, pero sólo por unos segundos, pues el esférico pegó en el poste para volver a encontrarse con Manso quien no volvió a perdonar.
Pachuca trató de hacer más daño, estaba en su casa frente a su gente y la victoria era necesaria para no ir al Infierno a pagar sus pecados. Pero Toluca se impuso, con un gol que parecía un dejavú para los hidalguenses.
Sinha una vez más se paró fuera del área, metió un centro que Mancilla con la testa colocó en el fondo de la portería. El Diablo no era soberbio y mucho menos imponente, sólo trató de ser contundente y seguro, tratando de encerrarse con perfección atrás para hacer pagar a los Tuzos por sus errores.
Entonces, cuando los Tuzos parecían morir en manos de los mexiquenses, Montes mandó un centro que Cacho volvió a acomodar para que Cvitanich cabeceara incrustando el balón en el primer poste y así empatar el marcador.
Toluca terminó asfixiado, queriendo que el tiempo se agotara, y tratando de hacer daño sólo por la vía del contragolpe. Pachuca lo hizo como se terminan los juegos de Liguilla, encima del rival, sin tener piedad alguna porque en la Fiesta Grande, sí es verdad, el que perdona, suele perder.
EL ARBITRAJE
Aceptable de Mauricio Morales. En general llevó el partido correctamente, muy cerca de las jugadas y muy concentrado. Sin embargo, hay dos acciones en las que erró, la primera cuando Mancilla se quitó a Muñoz Mustafá y arrancaba solo ante el portero pero el defensa hidalguense lo fauleó, parecía jugada franca de gol y por tanto expulsión, pero el juez consideró que Leo López aún podía llegar y sólo amonestó. La segunda cuando su Asistente 2 lo cruzó al marcar un fuera de juego inexistente de Mancilla que se iba solo ante el portero.
[MEDIOTIEMPO]
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